Nos vamos a referir hoy a aquellas emociones o sentimientos que están condicionando tu vida ya sea que te producen displacer o un sentimiento de desagrado interno. También pueden estar limitando tu accionar en el mundo .
Podríamos resumir estos sentimientos y emociones en :
- MIEDO
- CULPA
- NEGATIVIDAD
EL MIEDO.
El miedo es una sensación de estar en peligro que algo nos puede ocurrir. Frente al miedo podemos reaccionar de distintas maneras desde huir, enfrentar aquello temido o evitarlo.
Hay un miedo que nos protege de los peligros a los que nos vemos expuestos en nuestra vida cotidiana, por ejemplo frente a una falla eléctrica en nuestra casa que nos sentimos en peligro, nos puede producir miedo. No solemos intentar solucionarla sino que llamamos un electricista.
Si vemos un coche a gran velocidad no intentaríamos cruzar la avenida aunque nos habilite el semáforo, esperaríamos. Esa activación del miedo no protege frente a posibles situaciones donde nos vemos en peligro.
El miedo es un mecanismo adaptativo en su justa medida basada en creencias racionales basadas en un peligro real.
En estos casos el miedo nos protege. Otro ejemplo si vemos un animal feroz el miedo nos prepara a huir o a luchar contra la adversidad, nos potencia.
Pero hay otros miedos que son más irracionales, es decir no están basados en algo real que pueda ser peligroso para nuestra integridad física.
Esos miedos irracionales, imaginarios, tienen una probabilidad prácticamente inexistente de que suceda. Por ejemplo si vamos a viajar en un avión y tememos que el avión se caiga.
Si bien puede suceder no es usual que los aviones caigan o se estrechen. La posibilidad de que esto ocurra es casi inexistente sin embargo la persona la vive con un grado de ansiedad y miedo muy intenso.
Esos miedos irracionales nos inhabilitan en nuestro accionar en el mundo. En el ejemplo anterior nos limitaría a viajar.
Esos miedos nos suelen generar angustia, ansiedad y una serie de reacciones biológicas en nuestro cuerpo, a pesar de que son miedos irreales que se basan en nuestros pensamientos.
Por ejemplo miedo a exponerse en público, miedo al compromiso de pareja, miedo a autorealizarse, miedo a la pérdida de la pareja, a la pérdida de un familiar, miedo a la muerte.
Esos miedos hacen que no salgamos de la zona de confort, el miedo al cambio nos mantiene dentro de esa zona conocida porque actúan nuestros miedos.
Frente a estos miedos irracionales los justificamos, y nos mantenemos dentro del campo conocido, donde nos sentimos “a salvo” el de nuestra zona de confort.
Por más que deseemos determinados cambios en nuestra vida, no nos atrevemos a realizarlos por miedo, lo que nos produce insatisfacción, frustraciones, angustia e incluso síntomas somáticos.
También podemos justificar nuestro no accionar debido al miedo, en alguna experiencia en que hemos vivido el miedo, de fracaso por ejemplo.
Esa experiencia que vivimos de fracaso la generalizamos entonces instalamos la creencia que cualquier acción que nos conduzca a el cambio deseado está destinada a fracasar.
Por ejemplo intentamos un emprendimiento propio y no nos va bien. Volvemos a ser dependientes en nuestro trabajo ya que creemos que no somos capaces de llevar adelante un emprendimiento propio.
Que subyace en ese no atrevernos? El miedo al fracaso.
Muchas veces se dice que el miedo se relaciona al amor, como la contracara del mismo.
En las relaciones de pareja cuando vivimos un fracaso. Hay personas que su miedo les impide volver a encontrar una nueva pareja porque ya sea más o menos consciente existe la creencia de que las relaciones de pareja producen infelicidad.
O aquel que no se separa también por miedo. Miedo a estar solo. Su miedo es tan inmenso que prefieren encontrarse en pareja aunque no le satisfaga esa relación, hasta por el contrario le produzca inestabilidad y angustia.
O en personas muy dependientes del otro, donde el miedo a quedarse solo es tan inmenso que no conciben vivir con el otro a pesar que esa relación no les satisfaga.
“Cuando disculpamos su mal humor, su indiferencia y sus desaires e intentamos justificarlo o incluso convertirnos en su terapeuta, es que estamos amando demasiado”
Mujeres que aman demasiado. Robin Norwood
En estos miedos que se esconde? Baja autoestima, miedo a la soledad, a ser abandonado, rechazado, creencias irracionales, frustración.
LA CULPA.
La culpa es un sentimiento que se encuentra muy arraigado en nuestras sociedades occidentales.
Desde un punto de vista social, la culpa es, un mecanismo regulatorio del comportamiento. Y desde el punto de vista jurídico indica una infracción a la norma.
Según el psicoanálisis la culpa proviene del conflicto entre las instancias psíquicas. En particular entre el ello y el superyo. Entre el deseo y el deber. Siendo el yo de la persona mediador entre estas dos instancia.
“El sentimiento de culpa puede ser consciente o inconsciente; en ambos casos deriva, según S. Freud, del conflicto entre el superyó y los deseos sexuales y agresivos infantiles, conflicto que es una representación interiorizada y una perpetuación de los conflictos entre el niño y sus padres. Si, como además se supone, el superyó deriva su energía de la agresividad misma del niño, el sentimiento de culpa resulta directamente influido por el grado en que el individuo manifiesta sus sentimientos agresivos, volviéndolos contra sí mismo como condena moral.
El sentimiento de culpa inconsciente está en la base de las actitudes masoquistas, de la propensión a los accidentes, a las conductas delictivas, donde parece que el sujeto actúa para procurarse sufrimientos o castigos “como si –afirma Freud– se hubiera sentido un alivio al poder enlazar ese sentimiento inconsciente de culpa con algo real y actual”
(1922 [1976:53])”. http://consulta-psicologica.com/diccionario-de-psicologia/250-culpa.html
Muchas de las reprimendas que algunos padres realizan en los niños desde pequeños generan un sentimiento de culpa en el niño que sobrevive e incide en la vida del adulto.
Por ejemplo frases como “no toques eso que lo vas a romper”, “mamá está cansada sos malo”, “no hagas aquello no seas mal educado”, “lo que estas haciendo es vergonzoso”.
Expresiones como estas generan en el niño baja valoración de si mismo y sentimiento de culpa.
Estos regaños si bien tienen como fin para el padre o madre la educación del niño lo único que lleva es a la culpa y la baja autoestima.
Esto va a incidir posteriormente en la autovaloración y autoestima ya que va a estar presente la culpa vivida en edades tempranas.
Siempre que vivimos algo con arrepentimiento, hay en el fondo culpa. Por ejemplo cuando nos decimos porque no hice tal o cual cosa, en el arrepentimiento hay culpa.
También hay personas que manipulan a los otros para hacerlos sentir culpables.
Pero es mala la culpa? La culpa no es ni buena ni mala si la vivimos en la justa medida.
Como mecanismo regulatorio digamos que nos indica que determinadas cosas que no son admitidas ni bien vistas socialmente por ej robar, matar, desde ese punto de vista la culpa tiene una función adaptativa.
Una persona excenta de toda culpa se encuentra en el plano de la patología por ejemplo en las psicopatías donde el psicópata puede matar o abusar de otra persona sin producirle culpa ni remordimiento su comportamiento.
Hay personas donde la culpa siempre la tiene el otro, no asumen sus propias responsabilidades.
En el otro extremo un exceso de culpa también produce patología. Por ejemplo en personalidades obsesivas o con rasgos obsesivos que buscan la perfección y cuando no la obtienen se sienten culpables.
Otro ejemplo de culpa patológica, situaciones de duelo patológico, patologías depresivas, etc.
La culpa por si misma no hace que el individuo corrija su comportamiento sino lo que único que produce es un sentimiento de malestar consigo mismo. Pero de todos modos no hay conciencia del error para no repetirlo.
Tenemos que ser responsables no culpables.
La culpa tiene que ver con nuestros programas y creencias
Por ejemplo me quiero separar de mi pareja y me siento culpable porque en mis programas está que matrimonio es algo para toda la vida.
LA NEGATIVIDAD.
Las personas negativas o tóxicas aquellas que solo ven lo negativo de cada situación, desconociendo lo positivo.
Se centran en los aspectos negativos de si mismo de su vida y de todo su entorno.
Tienen una tendencia a percibir solo “lo malo”, de una situación o persona.
Estas personas tiene poca o nula empatía por los demás porque están centrados en sus propios problemas o asuntos.
Por tanto las relaciones con los demás suelen ser conflictivas. Muchas veces en su negatividad intentan manipular situaciones o a otras personas haciéndolas sentir culpables.
La negatividad también es una forma de mantenerse en la zona de confort de no aceptar los propios miedos.
Estas personas viven en un permanente malestar ya que la vida “es muy miserable”, no logran ver lo que bueno de cada día.
Viven en continuo mal humor o pesimismo. Son inconformistas con todo incluso con ellas mismas.
Son personas detallistas, criticonas que juzgan a los demás como a si mismos. Nada es lo suficientemente bueno para ellos. Suelen envidiar a otras personas.
Otra caracteriza de las personas tóxicas o negativas que culpan a los otros de lo que sucede. Como beneficio secundario disfrutan de su negatividad.
En la negatividad hay miedo a afrontar la vida a sentirse capaz.
Una mente positiva motiva produce cambios en su vida, más allá de las incertidumbres que pueda sentir en transitar ese camino. Lo intenta.
Siempre habrá un aprendizaje que nos permitirá crecer como ser humano y mejorar tu calidad de vida.