Este artículo busca aproximarse a la situación del hombre divorciado pues el hombre en esta situación atraviesa una serie de vivencias diferentes a la de la mujer en la misma situación.
Es frecuente que el hombre cuando se divorcia tenga que afrontar una nueva situación de vida, que implica separarse no solo de su esposa, sino también implica cambios en lo que hace a la relación con los hijos y a la vivienda con todo lo que ello implica.
Muchos hombres divorciados llegan a la consulta con un fuerte sentimiento de dolor, de inadaptación frente a la nueva situación.
Por un lado, y siendo el más importante cuando la relación con la ex no terminó en buenos términos y se encuentran no solo con el duelo de la separación sino que deben asumir una serie de cambios que tienen que acordar con su ex esposa.
Entre estos cambios, el régimen de visita a los hijos, la frecuencia, las manutención que muchas veces se transforma en una guerra con su ex mujer.
También en estos casos ,es cuando más se pone en evidencia sdiferentes visiones en ambos miembros de la ex pareja en cuanto a la educación de los hijos.
Por tanto el divorcio resulta muy movilizante para la mayoría de los hombres no solamente por la relación que culmina sino por todo los cambios que ella acarrea.
La mayoría de las veces es el hombre divorciado quien deja su hogar a su ex mujer y sus hijos, mudándose lo que implica un cambio no deseado, una pérdida también de su casa y la adaptación a un nuevo lugar donde vivir.
Cuando este nuevo lugar es la casa de sus padres, a pesar que puede ser bien acogido, es vivido por el hombre divorciado como un retroceso o en otros casos como un fracaso.
Por todo lo ante dicho a pesar que puede haber en el imaginario la creencia de que el hombre divorciado aprovecha esta nueva situación para disfrutar su independencia, con menos responsabilidad o incluso mantener relaciones esporádicas. Lo cierto que muchos de ellos se encuentran deprimidos, con dificultades de adaptación, con profundos sentimientos de tristeza, insomnio, etc. Y es en esos momentos que llegan a la consulta.
Otro problema sumado a lo anterior son los problemas de comunicación con su ex pareja que afectan en ocasiones la relaciones con los hijos que quedan allí en medio de la situación de ambos ex cónyugues.
En consulta hemos visto casos de hombres en vías de divorcio que la ex mujer les impide ver a los hijos hasta no culminar la separación legalmente con el régimen estipulado de visitas.
Los padres viven esta situación con mucho dolor, generando una serie de síntomas tales como insomnio, falta de apetito, desinterés por actividades que antes tenía interés, y un gran dolor, que pueden expresar aunque no solucionar.
El hombre divorciado y el duelo por la separación
El divorcio es una situación de duelo. Duelo por una relación que culminó. Duelo por una nueva forma de contacto con los hijos, que a pesar que siempre decimos que tengan presente que no se “divorcian” de los niños, hay un cambio en la frecuencia del vínculo.
El padre no es quien está presente todos los días, solo los días que son acordados con la madre.
También hay un duelo por la vivienda que debe dejar, los lugares, y “sus cosas”, que también implica espacios propios, como llaman algunos pacientes.
El trabajo del duelo implica la aceptación de la nueva situación. La aceptación que no sea vivida como un fracaso, sino más bien como una etapa de la vida que terminó pero ha tenido mucho de positivo y muchos aprendizajes.
Este duelo por la separación y posterior aceptación lleva una serie de etapas y procesos que la persona transita y en la cual se movilizan muchos sentimientos y emociones.
La mayoría de las personas viven las siguientes etapas del duelo por divorcio.
- La negación de la situación. En esta etapa se piensa que la relación no ha terminado, aunque el otro miembro de la pareja haya expresado la voluntad de divorciarse. Esta etapa puede ser vivida como enfado, con rabia pero existe la esperanza de “volver”. En ocasiones se cae en promesas, en suplicas con tal de restablecer la situación de pareja.
- Tristeza y dolor. La separación es un hecho pero aun en este etapa persiste un querer volver, viendo cualquier mínimo acercamiento como una posibilidad. Los sentimientos que prevalecen son por momentos la negación y en otros tristeza, el sentimiento de pérdida, la creencia de no volver a vivir nunca una relación similar.
- 3) La idealización. La ex era la persona ideal. Se recuerda todo lo bueno de la relación y de la pareja. En esta etapa hay intentos de recuperar la relación. Un simple mensaje puede ser vivido como señal de dicha reconciliación. Los sentimientos que prevalecen son variados, por momentos puede haber ansiedad, en otros tristeza.
- 4) Miedo, tristeza y culpa. Miedo a lo desconocido de la nueva situación, a como será mi vida sin mi ex. Miedo básicamente a futuro, este se ve incrementado sobre todo en relaciones que han sido largas. Me responsabilizo o me culpo de no haber hecho lo suficiente. Aun en los casos que fuiste tu quien quiso dejar la relación aparece la culpa.
- También puede ocurrir que culpabilices de todo lo que ha ocurrido a tu ex pareja. Que sea ella y solo ella la responsable de la ruptura, sin tener presente que una relación siempre es de dos personas, igualmente responsables.En estos casos puedes vivir con ira, y enojo las situaciones que estás viviendo incluso las puedes vivir como injusticia, posicionándote en el rol de víctima resaltando todo lo que tu has hecho y has dado por relación.Hay personas que prefieren vivir en solitario esta etapa. Otras la atraviesan con muchas salidas o relaciones transitorias, parecerían que quieren recobrar el “tiempo perdido”, sin embargo dichas conductas solo buscan negar lo que verdaderamente sienten.
Prueba de ello que rápidamente estas salidas al no obtener el beneficio esperando concluyen y vuelve a aparecer la tristeza por el duelo que están transitando.
- La aceptación. La relación terminó. La aceptación implica tener claro que ningún intento será fructífero para recuperar la relación. La aceptación lleva consigo el aceptar la situación actual, donde ya no está la ex pareja. Y adecuarse a esa nueva situación. Es importante valorar esta etapa donde se dispone de más tiempo e independencia. Poder valorarla y disfrutarla resulta importante, tal vez haciendo actividades nuevas o aquellas cosas que habías dejado de lado cuando estabas con tu pareja.
- Superación. Implica lograr un aprendizaje de esa relación de pareja. Lograr un aprendizaje que me haga crecer. Para ello evitar las culpabilizaciones ya sea a tu ex o a ti mismo. Muchas relaciones tienen un tiempo, cuando los cambios individuales en uno de sLos amigos.us miembros no se integran a la pareja es hora de tomar caminos diferentes. No por ello dejar de esLos amigos.tar agradecido con la persona que compartió un tiempo en nuestras vidas.
Es un tema muy movilizante para todas aquellos hombres que se están divorciando.
Los amigos.
Es importante que no te aísles, que compartas lo que estás sintiendo con amigos. En ocasiones los amigos que han transitado la misma situación pueden ser un apoyo importante. Siempre es beneficioso que puedas hablar de lo que te está pasando con alguien en quien confíes.
Cuándo buscar ayuda?
En caso de que te sientas deprimido, que sientas que has perdido el interés por actividades o cosas que te gustaban, que no puedas dormir bien que sientas que necesitas tener un espacio donde expresar lo que estás viviendo.
Si sientes que necesitas un apoyo para transitar ese momento que estas viviendo. Te recomendamos consultar. Aun en casos en que los problemas de comunicación con tu ex te están dificultando por ej mantener una relación periódica con tus hijos, te recomendamos consultar de manera que puedas mantener un diálogo asertivo con tu ex que los beneficie a ambos.