Ante ayer se me rompió la TV.
Ni siquiera es mía, es de mi hermana que me la prestó.
…nada, ya no funciona.
Me estresó bastante el asunto porque veía con claridad en mi mente como mi hermana se enfadaba y me daba un sermón.
Una situación tonta que me producía tensión.
Así que me metí en mercadolibre y busqué a alguien que la pudiera reparar.
Buscar gente para reparar una TV puede ser complicado.
Decidí llamar a varios lugares. Incluso consideré tirar la tele y comprar una nueva.
Es algo de lo que no entiendo nada y necesito referencias para que no me engañen.
Di con Álvaro.
Un técnico que repara TV’s y que me dijo que las TV leds son malas.
No compres teles LEDS.
Son malas, es una tecnología que dura poco tiempo y simplemente se rompen.
Saber todo esto me tranquilizó.
Mañana voy a enviar la TELE a su taller.
Quiero que me la repare él.
¿Es bueno reparando TV’s?
No tengo idea.
¿Sus clientes están felices con él?
Ni idea, no lo conozco.
¿Entonces?
El precio fue bueno. Cerca de 100 dólares.
Es más barato que una tele nueva.
Incluso es más barato de lo que estaba dispuesta a pagar.
Pero no es solo eso.
Álvaro es una persona que tiene una inteligencia emocional trabajada.
Supo leer que estaba estresada con esta situación y me quitó la responsabilidad.
Al decir que las TV’s Led se rompen por la propia tecnología, que era independiente a lo que yo hubiera hecho, me quitó esa responsabilidad.
Y esa es una muestra excelente de empatía.
Solo por el hecho de que sepa manejarse con la gente.
Por el hecho de que entiende como se sienten los demás.
Sólo por eso elegí que Álvaro me arregle la TV.
Me dió confianza.
Las habilidades sociales son fundamentales y la empatía es una de las más importantes.
Puede hacer que otros que ni siquiera te conocen confíen en ti.
Al punto de dejar sus cosas en tus manos.
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Lili