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omo distinguir cuando una relación terminó o simplemente está atravesando una crisis.
Es difícil para ambos miembros de la pareja poder discernir si se está en un período de crisis de pareja, o si realmente la relación ya no funciona.
Generalmente ocurre en parejas con muchos años de relación donde ambos miembros han cambiado y los cambios no se ven reflejados en la relación de pareja.
Es decir, todos cambiamos en función de nuestros intereses, nuestras actividades diarias, el momento evolutivo individual de cada uno etc. Estos cambios individuales en ocasiones, no son asimilados en nuestra relación de pareja.
Es frecuente, que alguno de los miembros de pareja emita frases como “no sos la persona con quien me casé”, “después de tantos años te desconozco”, lo que daría cuenta de cambios en el otro que no fueron acompañados por la pareja.
Frente a estos cuestionamientos, muchas personas se plantean si ha llegado el momento de poner fin a la relación.
A su vez, también existen cambios derivados del momento evolutivo de cada uno, lo que llamamos crisis personales. El paso del tiempo nos enfrenta a cada uno con nuestras propias crisis, nuestras propias evaluaciones con respecto a nuestra vida, nuestros proyectos, nuestros objetivos.
Hay personas que presentan más dificultad en atravesar dichas crisis, y comienzan a comportarse como personas más jóvenes, comienzan a cambiar, hábitos, vestimenta, etc, y hasta en ocasiones lleva a infidelidades con personas más jóvenes.
Es en ese sentido, es importante que los cambios individuales sean acompañados por la pareja, lo cual es posible a través de una buena comunicación, que exprese no solo lo que cada uno piensa con respecto a si mismo y al otro sino también, como cada uno se siente dentro de la relación.
Frente a la duda con respecto a continuar la relación, es importante que cada miembro de la pareja, se sincere consigo mismo, y se pregunte, no si aun ama a su pareja como el primer día, sino si lo acepta y quiere tal como es hoy y si está dispuesto o no a continuar la relación, tomando en cuenta el pasado vivido pero en perspectiva a un futuro juntos.
Si existen proyectos, metas en común, es otro factor importante a tomar en cuenta, aunque ese proyecto sea insignificante quizás para los demás, si adquiere importancia para la pareja, es suficiente.
Cualquier decisión que se tome es importante que sea pensada, meditada que no surja de una emoción circunstancial no termine con una relación de pareja.
También es ocurre que la pareja decide continuar la relación sin embargo, los problemas, discusiones, malentendidos continúan. En estos casos un terapeuta de pareja puede ayudar a la pareja a mantener una mejor comunicación, a negociar las diferencias, a reflexionar juntos.
Es importante saber escuchar al otro, a través de una escucha activa en el sentido de buscar comprender lo que nuestra pareja siente y piensa, es un primer paso para intentar llegar a una solución consensuada de los problemas.
El negociar o consensuar con nuestra pareja, implica dejar de pensar en uno mismo para comenzar a pensar en nosotros, y allí se encuentra muchas veces un problema donde cada miembro de la pareja defiende su opinión sin tomar en cuenta la de su pareja. Nuestra opinión, nuestra forma de ver la realidad y pararnos frente al mundo es nuestra verdad, pero no es una verdad absoluta, ni mucho menos significa que sea compartida por los otros, y en este caso por nuestra pareja, por lo cual, es importante mantener un buen diálogo de manera de poder lograr acuerdos o soluciones consensuadas, siempre en un clima de respeto hacia el otro y expresando lo que cada uno siente y piensa.