“Azar, casualidad o causalidades. La mayoría de las personas intentan atribuir aquellos hechos o sucesos que escapan a su predictibilidad como casuales, pero realmente es así? Son producto de la suerte o el azar?
Dos personas que no tengan nada que ver pueden vivir una al lado de la otra sin encontrarse jamás, ni siquiera en la propia calle”. Sabato
Cuando no encontramos explicaciones visibles a las cosas, o cuando no logramos comprender algo, preferimos atribuir al azar, la casualidad, lo que aparentemente no tienen otra explicación. Se tratara de casualidades o mas bien d causalidades?
Cabria preguntarnos :
AZAR, CASUALIDAD O CAUSALIDADES ¿realmente existe la casualidad?
Podemos decir que la casualidad hizo que nos encontráramos con nuestra ex pareja? por ejemplo,
¿es por casualidad que estás en tu actual trabajo? O que no encuentras trabajo?
¿por casualidad es que tienes tantos amigos o careces de ellos?.
La frase que registramos al inicio de esta nota de un maravilloso escritor como es Sábato nos permite pensar este fenómeno de la casualidad.
Si nos detenemos a pensar en un simple encuentro con un amigo en determinado lugar que frecuentamos, un comentario frecuente es decir “me encontré con fulanito en x lugar”. Sin embargo tú y fulanito son amigos y siempre que elegimos relacionamos con alguien es porque algo de esa persona nos identifica, pueden ser ciertos gustos, o preferencias similares a las nuestras. Visto así encontraste a fulanito en x lugar porque x lugar es de alguna forma elegido por ambos, no es casual el encuentro.
Este es un simple ejemplo donde la casualidad deja lugar a la causalidad, o a las múltiples causalidades que determinan un fenómeno, un hecho, o acontecimiento.
Aristóteles decía
“Ni la TYJE ni el ATÖMATON (casualidad, azar, suerte) son causas de nada, no hay causas accidentales de nada, hay causas sustanciales”
Refiriéndose a su teoría de las cuatro causas y prosigue, para que algo ocurra, tienen que intervenir cuatro causas ver Aristoteles las causas. Nada en el universo es azaroso, siempre intervienen múltiples causas para que algo se produzca al decir de Aristóteles. Con esto agregamos que no podemos reducir a la explicación de un fenónemo una única causa
Muchas personas frente al temor que produce la incertidumbre atribuyen a la casualidad, la suerte, o el destino, su propia vida. Pero es realmente así? Podemos dejar librado al azar nuestro propio destino? ¿Por qué preferimos hablar de casualidades?
Tal vez, es una forma de no ser responsables acerca de nuestros actos, quizás es una forma de minimizar los riesgos de nuestras propias elecciones.
Dejar librado al azar nuestro destino es una forma de minimizar los riesgos que supone elegir una opción en la vida. Siempre que elegimos algo desechamos otras cosas.
Nuestra vida esta llena de elecciones que sin darnos cuenta tenemos que realizar minuto a minuto, desde lo más simple como puede ser la elección de lo que ingerimos a las elecciones más complejas.
Puede que no hagamos la mejor elección, y atribuyamos sus consecuencias a la casualidad, pero realmente es casual?
Toda decisión o comportamiento que adoptamos no es por casualidad, depende de nuestra historia personal, de nuestras vivencias, de nuestra forma de ver el mundo.
Es por ello que dos personas frente a una misma situación optan por distintas formas de verla y actúan de diferente modo.
Desde un punto de vista aristotélico múltiples causas determinan lo que llamamos casualidades, tampoco es que todo sea unicausal es decir determinado por una única causa.
Sino siempre hay causas múltiples que muchas veces nos pueden parece ajenas, desconocidas, pero ejercen su poder e influencia en lo azaroso, la suerte, la casualidad. ¿Será entonces casualidad que este escribiendo este artículo? Pues creo que no…