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a seducción por definición es la acción de engañar con arte y maña. Persuadir suavemente al mal, cautivar, ejercer irresistible influencia en el ánimo de otro. En el juego de la seducción se busca despertar el interés del otro de esta forma el seductor ejerce cierta influencia en el comportamiento del otro la mayoría de las veces conciente. La seducción se asocia a la novedad, al misterio que nos produce el otro, que despierta nuestro interés, una expectativa por descubrirlo. El juego de mostrarse y ocultarse.
La seducción es una forma de manipulación ya sea individual o social para que otro(s) cumpla con determinadas expectativas por ejemplo generando necesidades de consumo. Así a través del marketing empresas y corporaciones utilizan medios publicitarios seduciéndonos con sus productos, sus marcas y servicios generando ideales de belleza, éxito, figura perfecta, amor, poder. Pero no nos vamos a referir en este artículo a esta forma de seducción, sino a la seducción que ejercemos en otros aun sin darnos cuenta. Seducimos cada vez que nos comunicamos y logramos atraer al otro. Ahí es donde influye nuestra historia, las primeras relaciones de amor que tuvimos, el reconocimiento del otro, el reforzamiento de determinadas conductas en nuestra infancia.
Hay personas “seductoras por naturaleza” es decir, la seducción es un atributo o rasgo de su personalidad. Otras buscan en la seducción ser atractivos con el objeto de agradar o conquistar al otro.
De esta manera la seducción es un arma empleada concientemente por algunos y en forma más natural por otras personas.
La seducción poco se relaciona con la belleza, sino más bien se vincula con la capacidad de agradar al otro Seducimos con la palabra pero también con el lenguaje corporal, un gesto, una mirada, la seducción es también una forma de comunicación que busca atraer y agradar al otro.